Una obra que nunca se terminó, dinero que nadie sabe dónde está y funcionarios que operaron en lo oscuro
En la comunidad de Pardo del municipio de Villa de Reyes, la única clínica de atención médica que atiende a más de tres mil personas quedó convertida en un terreno baldío lleno de escombros tras la desaparición de más de un millón de pesos del presupuesto federal que sería destinado a su rehabilitación. A casi un año del inicio del proyecto, no hay avances visibles ni responsables señalados.
El manejo del recurso quedó en manos de la servidora de la nación Blanca Leticia Rocha quien supuestamente impuso contratistas, ignoró al comité ciudadano y operó junto con la arquitecta del proyecto y la tesorera sin rendir cuentas a nadie. Las reglas de operación fueron violadas de forma sistemática dejando fuera a la comunidad que debía supervisar la aplicación del dinero.
Hoy, el personal médico se ve obligado a atender a la gente desde una unidad móvil improvisada. La clínica no tiene accesos, se inunda con facilidad y representa un riesgo sanitario. No hay condiciones mínimas para ofrecer atención, pero el gobierno federal mantiene silencio ante los llamados oficiales enviados mes con mes.
Este no es un caso aislado pues se han documentado patrones similares en otros lugares como Jesús María o el Centro de Salud de Villa de Reyes donde también se desviaron recursos y se dejaron obras inconclusas. Mientras tanto, servidores de la nación que debían velar por el bienestar público terminaron operando como administradores de fraude con respaldo institucional.