Su trabajo como fontanero y pocero marcó una era en la historia del organismo operador de agua potable de El Refugio
En el marco de los honores a la bandera encabezados por el Departamento de Educación y Bibliotecas de Ciudad Fernández, se realizó un merecido homenaje al señor Porfirio Ávila Hernández, con motivo de su jubilación tras más de 30 años de servicio en el Organismo Operador de Agua Potable de El Ejido El Refugio (SEPAPAR).
Desde el 1° de junio de 1994, Don Porfirio formó parte de una nueva cuadrilla operativa conformada por cuatro hombres, quienes enfrentaron grandes retos, como la reparación de una importante fuga en la línea de conducción del pozo La Ladrillera, en ese entonces, la única fuente de abastecimiento de agua en la comunidad, este fue su primer logro en una carrera ejemplar.
A lo largo de su trayectoria, Don Pilo, como cariñosamente se le conoce, contribuyó en la instalación de gran parte de la infraestructura hidráulica y sanitaria de El Refugio y zonas aledañas, participó en las primeras conexiones de agua potable en las localidades de Ventilla, Morillos y Las Pilas, apoyando además en la colocación de la tubería principal de Rancho Nuevo, y en la instalación de medidores durante la puesta en marcha de la micromedición en San José del Terremoto.
En 2014, su entrega y constancia inspiraron la creación de la primera botarga del organismo, “Pilo el Fontanero”, convirtiéndose en símbolo del compromiso de SEPAPAR con la ciudadanía.
Desde abril de 2016 y hasta su retiro, Don Porfirio se desempeñó como pocero, asegurando que cada mañana las familias del Refugio contaran con agua potable en sus hogares, además, siempre estuvo dispuesto a cubrir funciones adicionales, incluso como velador cuando fue necesario.
Durante la ceremonia, el alcalde Rodolfo Loredo Hernández y el director de SEPAPAR, José Cruz Alvarado, entregaron un merecido reconocimiento a Don Porfirio, destacando su legado, dedicación y espíritu de servicio, el presidente municipal expresó que “las puertas de esta administración y del organismo siempre estarán abiertas para él, por todo lo que ha dado al ejido de El Refugio”.
Este homenaje es un símbolo del profundo agradecimiento de SEPAPAR y de todos los refugienses a quien por tantos años se convirtió en un pilar esencial para el funcionamiento del servicio de agua potable.
¡Gracias, Don Porfirio, por su ejemplo, su entrega y su legado imborrable!