Conéctate con nosotros
Publicidad

México

Descubren osamentas humanas del siglo XIX en Zacatecas

Publicado

el

Se trata de los restos óseos de ocho infantes y dos huesos de un adulto que reposaban al interior de una escuela primaria

Entre las leyendas urbanas que alimentan el imaginario sobre el pasado de los colegios, la más popular es declarar dichos espacios como antiguos cementerios. Para la Escuela Primaria Valentín Gómez Farías, ubicada en la capital de Zacatecas, el mito se convirtió en realidad, el 24 de abril de 2025, al descubrirse los restos óseos de ocho infantes y un adulto, pertenecientes, probablemente, al siglo XIX.

El hallazgo se registró durante labores de rehabilitación realizadas al inmueble, construido en el siglo XVII, efectuadas por el Instituto Zacatecano para la Construcción de Escuelas, a través de la Secretaría de Obras Públicas estatal, bajo la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), órgano de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.

Las obras, que comenzaron el 10 de septiembre de 2024 y culminaron el 30 de abril de 2025, incluyó la excavación de dos pozos para el estudio de mecánica del suelo, por lo que se contó con el apoyo del área de Monumentos Históricos del Centro INAH Zacatecas. Posteriormente, al encontrarse las osamentas, se integraron especialistas de las secciones de Arqueología, Antropología Física y Conservación y Restauración.

La recuperación de los materiales óseos estuvo a cargo de la arqueóloga Baudelina Lydia García Uranga y la antropóloga física Lilian Ivette García Maya, así como de los restauradores Josué Israel Moreno Fraga y Miriam Jazmín Pineda Bravo.

Testimonio de un pasado conventual

El edificio que alberga a la Escuela Primaria Valentín Gómez Farías sirvió como convento y hospital de la Orden de San Juan de Dios, cuya construcción comenzó en 1612, y su desarrollo constructivo ocurrió entre los siglos XVIII y XIX.

En la reciente rehabilitación del inmueble, en un pozo de 80 centímetros cuadrados, se descubrió un féretro de madera, de 80 centímetros de largo por 35 de ancho, decorado con grabados de rombos azules, en cuyo interior descansaban los restos de un individuo en su primera infancia, envuelto con una mortaja color café. Es el único esqueleto que se halló completo y en mejores condiciones de conservación.

En opinión de la antropóloga García Maya, resulta curiosa la posición en la que se colocó el ataúd, con los pies del individuo hacia el sudeste, cuando la costumbre, en la religión católica, es ubicarlos al este, lo que sugiere que, por algún motivo, no pudieron realizar el ritual correspondiente.

Encima de ese entierro reposaban los restos de otros cuatro infantes, un fémur completo y un calcáneo (hueso del pie) de un adulto; y debajo se encontraron tres bultos mortuorios más con esqueletos infantiles. Se determinó que dichas osamentas presentan un estado de conservación moderado.

Aunque no se han realizado los análisis osteológico y morfoscópico, para determinar edad, género, patologías y otros datos relevantes, se estima que, al momento de morir, los infantes estaban en la edad perinatal, es decir, que nacieron y murieron antes o poco después de los nueve meses de gestación; mientras que los de mayor edad rondaron entre uno y seis años.

“Es un testimonio que da cuenta de la ocupación del lugar y de la presencia de la orden mercedaria en Zacatecas”, expresó la antropóloga física.

A su vez, la arqueóloga García Uranga explicó que será hasta el desarrollo del análisis de la colección ósea cuando se determine la temporalidad de las osamentas; no obstante, debido a que dicho espacio funcionó como convento de la Orden de San Juan de Dios, dedicada al servicio médico, y posteriormente a la mercedaria, se cree que pertenecen al siglo XIX.

Otros elementos que refuerzan la teoría son una moneda de 1862, encontrada entre el material recuperado, así como la clave de un arco, identificado por el historiador del INAH Limonar Soto Salazar, con la representación del escudo mercedario en un relieve de cantera de estilo barroco, asociado al primer convento de dicha orden, ubicado al pie del cerro de la Bufa, y el último fundado en la Nueva España.

Aunado a lo anterior, se hallaron botones, fragmentos de tela, un trozo de papel con texto en un idioma desconocido, cerámica y metales que servirán como material didáctico para estudiantes de las disciplinas antropológicas. Los restos se resguardarán en el Museo de Guadalupe, para su posterior análisis e investigación, en el segundo semestre del año.

Este hallazgo nutrirá el conocimiento respecto a las y los antiguos habitantes de la ciudad, sus prácticas funerarias y su historia, la cual tiene más de 400 años de ocupación.

Continuar leyendo

México

México y EUA reforzarán estrategia contra el gusano barrenador

Publicado

el

Gobierno de México ha mantenido una estrecha coordinación con las autoridades sanitarias de Estados Unidos para hacer frente al problema

(más…)

Continuar leyendo

Secciones

Tendencia