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Existen preocupaciones sobre qué tipo de datos personales recopilan los pasaportes sanitarios

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Durante la pandemia del COVID-19 la tecnología ha estado al frente y al centro de la escena, pero no sin presentar algunos problemas y desafíos. El uso de aplicaciones como comprobantes de vacunación y como validación de resultados de test son las últimas de la larga lista de tecnologías que han despertado preocupaciones en lo que refiere a privacidad y seguridad. El concepto es muy simple; proporcionar una prueba de identidad, digital y verificable; y un comprobante de vacunación o una prueba para validar un diagnóstico COVID-19 negativo (o ambas).

A medida que los países, estados y ciudades reabren y permiten reuniones masivas y eventos en espacios cerrados, muchos exigen previo a la entrada certificados de vacunación o que confirmen el resultado negativo de un test. Si bien muchas autoridades han evitado ir en contra de los derechos de los ciudadanos al implementar que la vacunación sea un requisito para llevar una vida normal, como cenar en el interior de un restaurante o asistir a un concierto o espectáculo, la variante Delta los está haciendo reconsiderar. La necesidad de utilizar pasaportes sanitarios que demuestren que una persona recibió la vacunó está creciendo y presenta dos desafíos distintos, el primero es el derecho a la privacidad y el segundo es cómo se puede utilizar la tecnología para ofrecer de forma segura la funcionalidad requerida.

Medidas

Tener que declarar que ha recibido una vacuna puede verse como una posible infracción a la privacidad de una persona al tener que compartir datos médicos personales con la persona y la organización que necesitan verificar esta información. Antes de subirse al tren de la privacidad y objetar esta medida, tenga en cuenta que la información sobre las vacunas que recibió una persona ya está siendo compartida: con una certeza razonable podemos decir que el 99% de los estudiantes que ve yendo a la escuela en los Estados Unidos y otros países han recibido al menos una vacuna de algún tipo, incluidas las que protegen contra el sarampión, las paperas y la rubéola, la poliomielitis y la difteria. Hay algunas exenciones para quienes objetan vacunarse por razones médicas, religiosas o filosóficas, pero la mayoría de los estudiantes han sido vacunados. En el estado de California, donde resido, es requisito que todas las escuelas comprueben los registros de vacunación para todos los nuevos estudiantes desde preescolar hasta el 12° grado. La validación es para cinco vacunas diferentes.

Hay otra cohorte de residentes en los EE. UU. que, aún con más certeza, es posible afirmar que ha recibido las mismas cinco vacunas que son solicitadas a los estudiantes de las escuelas de California: los titulares de la green card. En 1996, el Congreso dispuso mediante una legislación que todos los inmigrantes que buscan la residencia permanente deben presentar prueba de vacunación y, sin ella, su solicitud puede ser denegada. Cualquiera que haya pasado por este proceso dará fe de que tendrá que arremangarse y darse las inyecciones; en mi caso, las cinco me fueron administradas en una tarde, lo recuerdo bien.

Establecer como requisito obligatorio que los niños y las niñas, y en algunas circunstancias los adultos, cuenten con ciertas vacunas no es algo exclusivo de los Estados Unidos. En Europa y América Latina muchos países, como Francia, Italia o Argentina, exigen numerosas vacunas por edad, mientras que otros países optan por permitir la libertad de elección. El argumento de no querer declarar que se recibió la vacuna contra el COVID-19 o contra otra enfermedad por tratarse de datos médicos personales, se debilita significativamente cuando se consideran los escenarios discutidos anteriormente.

Debido a la variante Delta y al nuevo aumento en las infecciones por COVID-19, el alcalde de la ciudad de Nueva York (NYC), Bill de Blasio, anunció recientemente que para los trabajadores y clientes de restaurantes y gimnasios que realicen su actividad en espacios cerrados será requisito presentar certificado de vacunación. NYC ofrece varias opciones para comprobar el estado de vacunación: la tarjeta de registro de vacunación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la app Excelsior Pass o la aplicación NYC COVID SAFE, la última es la opción para los visitantes de la ciudad de Nueva York. Es inusual, y probablemente confuso, que una sola autoridad adopte tres soluciones diferentes. Cada uno de estos sistemas, o tarjetas, ofrece diferentes niveles de verificación, pero todos son aceptados para ingresar a la ciudad de Nueva York cuando sea necesario. Aquí están las diferencias:

Tarjeta de registro de vacunas de CDC – Es una pequeña tarjeta de papel, un poco más grande que una tarjeta de crédito, que incluye el nombre y apellido, fecha de nacimiento, y los detalles del tipo de vacuna, incluyendo la primera y la segunda dosis. Cuando recibí la vacuna me entregaron la tarjeta con el campo correspondiente a la dosis precargado, pero el resto de la tarjeta estaba en blanco para que yo mismo la completara. Si esto no era un problema suficiente para aquellos preocupados por la correcta identificación del titular de la tarjeta, médicos, bares y restaurantes han estado vendiendo tarjetas falsas por tan solo $20. Una tarjeta de papel sin validación de identidad parece ser tan útil como una tetera de chocolate. De hecho, la tetera de chocolate puede ser más útil, ya que podrías comértela.

App NYC COVID SAFE: la aplicación toma una fotografía del registro de vacunación de los CDC o su equivalente internacional y la almacena como una imagen; esta imagen se convierte en un registro digital de vacunación. Una tetera de chocolate digital.

Excelsior Pass, una solución desarrollada por IBM que utiliza el estado de Nueva York, utiliza blockchain y tecnología de cifrado para garantizar que los datos personales se mantengan privados y seguros. Los usuarios deben registrarse utilizando los datos proporcionados al momento de la vacunación: nombre, fecha de nacimiento, código postal y número de teléfono. Esto otorga acceso al estado de vacunación del usuario en la base de datos de vacunación del estado de Nueva York. Luego, la aplicación crea un pase escaneable que se puede almacenar en la billetera del pase; contiene un código QR, nombre y fecha de nacimiento. El defecto aquí es que el pase no identifica al titular del dispositivo como la persona que recibió la vacuna; para una verificación verdadera, el verificador necesitaría ver una prueba oficial de identidad que tenga una foto de la persona, como una licencia de conducir o un pasaporte. Esto abre la aplicación al fraude, ya sea a través de una copia del código QR y los detalles capturados desde otro dispositivo o que el usuario se haya conectado con la información del registro de vacunación de otra persona. Al ingresar a un evento deportivo masivo, ¿se escaneará el pase o se verificará la identidad? Sospecho que solo será escaneado.

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