Por: Ricardo Sánchez García

En el ocaso del gobierno de Juan Manuel Carreras se recrudecieron los añejos problemas que en seis años no pudo solucionar. El caos que observamos en la ciudad se sólo una muestra de la falta de personalidad y carácter, de liderazgo y decisión, pero además en el fondo hay razones mucho más graves para reprocharle públicamente su desastroso paso por el gobierno.

A Juan Manuel Carreras se le recordará como un gobierno gris. Cuando salía Toranzo de su agrio mandato, se decía que no podía haber algo peor y entonces viene Carreras para remontar a su antecesor.

Un San Luis devastado por la inseguridad, con finanzas insanas y opacidad en el uso de recursos públicos, con denuncias de malversación y con fuertes señalamientos del uso político de una fiscalía, que debiera ser autónoma, usada a su servicio personal para aletargar y acelerar asuntos conforme a la conveniencia personal.

Entre los muchos pendientes de Juan Manuel Carreras López, queda la mancha imborrable de la desaparición de la menor Zoe Zuleica, quien en los inicios de su gobierno fue sustraída ilegalmente del seno familiar y desde entonces la familia de Zoe inicio el calvario de búsqueda, calvario vivido por inacción de las autoridades y por la soberbia amnesia de gobernador.

Pero así son las Carreras políticas. Cuando buscan el poder y logran los máximos escaños a que aspiran, lo único que quieren es terminar el último día con el aliento suficiente para bajar por última vez las escaleras del palacio de gobierno y no regresar jamás a esa oficina de despacho, donde se hizo todo, menor atender a la ciudadanía.

Fue en ese despacho de Palacio de Gobierno donde familiares de Zoe Zuleica le llevaron una rebanada de pastel al gobernador Carreras en uno de los cumpleaños de la pequeña desaparecida y fue también en entre esas paredes donde se comprometieron a no escatimar en la búsqueda de la niña desaparecida, lo cual no sucedió.

Zoe Zuleica desapareció en el primer año de gobierno de Carreras, la pequeña tenía 5 años de edad y fue un 25 de mayo, justo el Día Internacional del Niño Desaparecido cuando el Gobernador, sin ser consciente del hecho, estuvo en el jardín de niños donde estudiaba Zoe cuando fue arrebatada de su familia.  Ese día a Carolina Gómez le avisaron que el mandatario iría a la Colonia 21 de marzo y fue ahí donde la madre lo encaró para exigirle mayor apoyo al caso.

Ese día también se le dijo a Carreras de la inoperancia de un sistema eficiente de búsqueda lo que ha llevado años de abandono de la Averiguación Previa, y lo que ha llevado a que aún no se agotan líneas de investigación para obtener resultados favorables en su búsqueda.

La subordinada Fiscalía General del Estado y otras instituciones supuestamente autónomas sirvieron durante el gobierno de Juan Manuel Carreras sólo para administrar los problemas y para dar palmadas a dolientes víctimas, desgastadas por los delitos sufridos y por la inacción de autoridades.

Se va Carreras llevando a cuestas el asunto de Zoe Zuleica, la niña que desapareció en su sexenio y a la cual nunca le dio la mayor atención e importancia, pero esto sólo es la muestra de la gris administración que a su paso deja dolor y abandono de las víctimas.