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Opinión Frontal

Aborto legal; libertad no elitista para las mujeres potosinas

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La interrupción del embarazo en la mujer debe ser tomado como un tema de salud pública. Es un problema que se vive día a día en todos los espacios sociales y económicos y en los grupos de adolescentes y mujeres adultas, pero sin duda alguna se oculta o se minimiza como producto de las posiciones moralistas.

El aborto es un problema de salud pública en la sociedad porque su práctica clandestina pone en riesgo la vida de las mujeres, creando secuelas físicas que se convierten en psicológicas. El aborto se práctica más allá de los silencios y las discusiones de grupos confrontados. Es por lo que los gobiernos están obligados, más allá de su postura ideológica, a atenderlo a través de la creación y operación de políticas públicas y legislando sobre dicha práctica y sus efectos sociales.

La teoría en políticas públicas establece que un problema es público por lo que afecta a la sociedad en su conjunto, y que, siendo así identificado, es responsabilidad de las instituciones atenderlo. Yo soy de la postura de la libertad de decisión sobre nuestros cuerpos, y siempre la defenderé, el tema aquí es sobre las responsabilidades de las autoridades para otorgar salud a toda la sociedad, de lo que se trata es de reconocerlo como problema público que afecta sobre todo a las mujeres más vulneradas.

Siendo un tema tan controversial en la Ciudad de México, dejo de ser elitista a partir de que en 1997 se propuso la reforma para legalizarlo y que todas las mujeres, independientemente de su condición económica, tuvieran acceso al mismo (pero la iglesia y el PAN se opusieron); sin embargo, podemos considerar que fue hasta el año 2002 en el que ya se convirtió en una práctica normal. El tema que quiero resaltar es que, sólo las mujeres que cuentan con los recursos pueden trasladarse a CDMX a practicarse un aborto, Pero ¿las mujeres que no?

 

Las mujeres que deciden cuidarse (ya que ningún método es 100%) y aun así se embarazan, o sencillamente no quieren ser madres, se tienen que someter a abortos clandestinos. En el año 2019, en el mundo, fue la cuarta causa de muerte materna y en México 33 de cada 1000 mujeres abortan anualmente, una tasa superior a la de cualquier país de América Latina. Estar a favor del aborto no es decir que vas a abortar y ser irresponsable como se piensa, es el hecho de decidir si queremos ser madres o no; en todo caso por qué se castiga a la mujer, pero no se señala al hombre cuando se lleva a cabo un aborto; los hombres, en muchos casos, simplemente no se hacen responsables, lo cual vulnera aún más a la mujer. El tema del aborto no radica en las mujeres que son provida y las que son proaborto, radica en las mujeres debemos ser libres de tomar la decisión y seamos solidarias con las otras mujeres; el proceso de aborto es físicamente doloroso para nosotras y emocionante muy difícil para cualquiera, pero además de pasar por este proceso, somos criminalízalas. El Estado laico debe de legislar en favor de las necesidades de la población, y una de ellas es el aborto como problema de salud pública y cómo libertad individual de tomar decisiones, desde luego también debe llevar a cabo campañas de prevención de embarazo, campañas de uso de anticonceptivos, así como de la salud sexual, pero también de la conciencia del aborto. ¿En San Luis Potosí el derecho al aborto cuándo dejará de ser una práctica elitista?

 

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